jueves, 26 de junio de 2008






He aquí el modelo del deseo y la gran aspiración de miles de mujeres y hombres. Ellas quieren ser así, ellos quieren verlas así. ¿Porqué? pues: por la publicidad, los desfiles, las sesiones de fotos, el photoshop, las tertulias mañaneras sin seso, y un poco eso que llamamos MODA en general.


Por supuesto, no hay ninguna fundamentación natural o biológica en todo esto, ni mucho menos racional. ¿De qué somos esclavos entonces?: de nuestros propios trastornos psicológicos. Los seres humanos somos poseedores de una mente prodigiosa que muy a menudo se vuelve en nuestra contra. De ahí las enfermedades mentales, los trastornos obsesivos compulsivos, la envidia, el desorden en las prioridades...

El cerebro puede ser un órgano prodigioso pero también traicionero.


Estamos enfermos y sólo lo reconocemos cuando nos topamos con un caso extremo de anorexia o bulimia. Nos compadecemos de la desgraciada adolescente pero no de la sociedad entera incluyéndonos a nosotros mismos. Todos somos enfermos potenciales, estamos demasiado expuestos a la presión que ejerce la sociedad sobre nuestro aspecto. Un tipo de aspecto que además, no dice nada sobre nosotros. Porque, sin ningún ánimo de exagerar, estoy segura de hablar de uno de los grandes problemas mundiales. ¿No lo es acaso la obsesión generalizada, la fundamentación de todo acto en el propio aspecto externo del cuerpo? Puede que pienses que estás fuera de esto, que no te afecta, que tú no te obsesionas pero... te equivocas. Somos víctimas de nosotros mismos: de ese, de aquel, de ellos y los otros. ¿La cura?: esfuérzate en estar sano, en reir, en querer, en definitiva, en vivir. Y equilibra tus prioridades: dale a las cosas el valor que merecen. En el fondo todos lo sabemos, pero muchas veces es más fácil obsesionarse y preocuparse por cosas banales.

martes, 24 de junio de 2008

¡Cuando te pones a divertirte en serio, no es muy divertido!

lunes, 23 de junio de 2008

la aberración pedófila (los medios de comunicación pt1)

El día del orgullo pedófilo ¿Cómo te quedas cuando lees estas palabras? Suena a broma del infierno, a un chiste contado por el demonio.

Pues resulta que esta aberración nació en EE.UU hace diez años y se ha extendido a otros países europeos como Inglaterra, Francia o Alemania donde, sin embargo, parece haberse atajado dentro de la legalidad y con la eficacia que merece el asunto. En España, en cambio, ha llegado y, lejos de llevar a cabo medidas tan primarias y legítimas como suprimir las páginas web de este colectivo maldito, uno puede acceder a su peculiar ideología a través de internet (y más ahora que han permitido que una cantidad ingente de personas conozca su existencia) . Pero bueno, ya se sabe que en la red no todo es wikipedia, sino que circulan una increíble variedad de barbaridades favorecidas por la libertad de acceso. Casi se ha perfilado como una dimensión paralela donde uno puede dar rienda suelta a facetas ocultas, cotillear fotos ajenas, chatear con identidades ficticias, contratar a matones a sueldo o incluso anunciarse como tal, protegido por el anonimato que parece garantizar el ordenador. La historia demuestra que siempre ocurre así con el ser humano: cada progreso científico potencia dos caras de una moneda y se presta tanto al avance como a la corrupción. En el último siglo encontramos un claro ejemplo en los medios de comunicación. Más innovadores y eficaces que nunca en términos tecnológicos, se perfilan como la herramienta definitiva para la ayuda social, el beneficio colectivo mundial y, sin embargo, tan llenos de errores, algunos muy fundamentales. Ahora, volviendo al perturbador asunto inicial, se anuncia a los cuatro vientos la existencia de un colectivo de pervertidos, minoritario, que lamentablemente ha comprendido lo provechoso de las nuevas tecnologías para manifestar su presencia en el común soporte informático. De todas las posibilidades que ofrece internet eso se rescata para ponerlo en conocimiento de la sociedad... ¿para qué? Para resaltar un hecho impactante, que carece de valor social, y comentar sorprendidos, también horrorizados una curiosidad chocante, que pronto dejará de serlo en cuanto la asimilemos. Condenamos pero pregonamos. A veces la prensa parece ir por delante de la justicia, en asuntos que deben estar precedidos por ella. Demasiado rápida, demasiado eficaz en burocracia, particularidades decisivas de las que lamentablemente las instituciones judiciales carecen.
"El día del orgullo pedófilo"; dicho así suena tan legítimo, tan paradójico, que impacta y, sin embargo, ni mucho menos existe una fecha oficial semejante.
Simplificando, parece que el blog de un pervertido tiene más posibilidades en este nuevo mundo tan "comunicativo" que lo que cualquier usuario cuerdo pueda publicar en un momento de particular reflexión. Es entendible: la premisa de la sorpresa, el impacto, que se ha adueñado de la información y parece pender sobre los valores éticos de los que somos potencialmente poseedores. Necesitamos una reestructuración de los métodos comunicativos, de los códigos morales profesionales y personales, en definitiva, de nuestros cerebros.